Habiendo corrido solo 3 km empeze a sentir un nido de viboras haciendose un festin adentro de mi panza. No pude seguir. Camine. Trate de llorar pero no pude. Fue alli cuando trate de recordar el motivo que me llevaba a hacer triatlones.
El despertador sonó cerca de las 4 y media de la manana. Con los nervios habituales de una carrera, y con solo 5 horas de sueño, repase una vez mas mi rutina. Desplegue la ropa por la habitacion del hotel, conte mis sachets de gel, hice los calculos necesarios de nutricion. Luego, y con paciencia de monje budista, me vesti despacio mientras comia. Me meti un brebaje de banana y frutillas que compré en el super. 600 kcal, decia la etiqueta. Luego, un par de croissants, tres o cuatro galletitas, agua y listo para salir.
Manejé despacio. La lluvia habia cubierto el pavimento con una fina pelicula de jabon que la hacian bastante peligrosa. "Pais de mierda, esta Inglaterra", dije. A los 30 minutos llegué a Rutland Waters, donde en un poco menos de una hora correria la ulitma carrera del año.
Y alli comenzaron los contratiempos: me pongo a inflar la rueda delantera y "puf!" pinchadura. "Al mal tiempo buena cara", dije. La cambié. Lo cual acortó significativamente mi tiempo de preparacion en la transicion. Me puse el traje de agua. Fui de cuerpo, como Dios manda y esperé la largada.
6 y 50 de la mañana comenzó la natacion. No me apuré, Queria conservar energias para la bici, ultimamente mi punto debil. 1900 metros, dos vueltas a un circuito de 850 m. Terminé en 37 minutos. "No está mal" pensé.
Agarré mi bici luego de cambiarme (prepararme para el frio...apenas 12 putos grados) y emprendi la segunda parte de mi carrera. A los pocos metros, un pelotudo se me cruza. Doblo para evitar chocarlo, pierdo el control y me voy de costado al pavimento mojado. No pasó nada. Miro haber si me sale sangre. Estoy bien. Hago 50 metros y la rueda de adelante hace ruido...puf!. Pinchadura otra vez? No lo puedo creer. Pero no, falsa alarma. La toco y la noto un poco desinflada. Agarro uno de los cartuchos de nitrogeno y la lleno a tope.
Empieza el pedaleo. 8 km de carrera. Ahora si, goma pinchada. "Carajo", grito. Me bajo, la cambio en 8 minutos y sigo. El resto de la bici transcurrió sin contratiempos. Sopló un poco de viento lo que hizo que tuviera que poner mas fuerza en los pedales.
Sin embargo, habia un pequeño detalle que no habia contemplado. La nutricion. Mi ultima carrera sufri de calambres en ambos cuadriceps. Lei por ahi que los calambres tienen que ver con la deshidratacion. Con lo cual dije: "Esta vez no me va a pasar". 2 litros de Sports Drink seran suficientes. Mas 3 barras energeticas. Mas unos 8 geles. Total 2000 calorias. Un ser humano puede consumir hasta 400 por hora. No soy muy bueno en matematicas, pero algo me dice que hice mal la cuenta. 800 calorias de mas. 800 calorias de carbohidratos que fermentarian al fuego lento de mis visceras, transformando mi cavidad abdominal en una bomba de tiempo. Terminé los 90 km en 3 horas justo. No esta nada mal, teniendo en cuenta que estuve parado reparando mi pinchadura durante 10 minutos.
Fue alli cuando comenzó mi calvario. Las tripas revueltas, los intestinos hechos pedazos, los musculos reblandecidos y el dolor, el mas puro y agudo de los dolores. Miré mi Garmin: 9 minutos la milla. A este paso termino la media en 1 hora 50. Tengo que apurar, pensé. Apreté el acelerador. Sin embargo, la mente es una cosa y el cuerpo es otra. Las tripas dijeron "estas loco, corre vos solo".
En 15 minutos de carrera, tuve que caminar. Encontré uno de esos baños portatiles y, sin prestarle demasiada atencion al olor nauseabundo y fetido de los miles de triatletas que habian posado sus nalgas en el inodoro, me senté y evacué casi medio litro de dolor. Estuve encerrado en esa carcel de dolor por mas de 10 minutos. Cuando el dolor pasó, volvi a la carrera. Pero la historia se volvió a repetir. A los 45 minutos de carrera, el dolor volvió y mis ganas de ir al baño se hicieron mas fuertes que antes.
Pensé que me cagaba encima. Traté de correr mas rapido para llegar antes al baño pero no pude. El dolor era intenso, agudo, fuerte y constante. Justo cuando estaba a punto de rendirme al dolor y a la verguenza, llegue al baño. En un abrecerrar de ojos me desvesti y me sente a sufrir una vez mas. "Se acabó", dije. Me vuelvo a casa. DNF (Did not finish) y listo. Esto es una pesadilla. Sin embargo, algo adentro mio se negó. "Tengo que terminar, una misera diarrea no me va a detener ahora...sos un Ironman...pasaste por momentos peores en la cima de L'Alp D'Huez o del Col de Glandon".
Decidi seguir.
La maraton eran dos vueltas de 10.5 km. Vuelta numero uno en 1 hora y 5 minutos. Vuelta numero dos, y todavia con las tripas hechas un nudo, con el dolor punzante en mi costado izquierdo, como si alguien me hubiera clavado una daga, continué con mi carrera.
No recuerdo mucho la segunda vuelta. El dolor desapareció de a poco, las piernas me volvieron desde el cielo y la voz interior comenzó a gritarme palabras de apoyo: "Vos podes, esto no es nada, una media maraton de mierda no puede con vos". Me senti mareado, me senti cansado, me senti debil, me senti volar. Corri como un niño, jadeando, con la lengua afuera. Saludé, agradecí a un voluntario que levantaba vasos de plastico, corri un poco mas.
Cuando escuché la musica, sabia que iba a terminar en menos de 6 horas (mi objetivo inicial). Apreté el paso, pasé a varios sufridos como yo, me senti morir. Fue entonces cuando, luego de una curva llena de barro, vi la llegada. Corri fuerte. Corri una vez mas, corri a los brazos de mi amada invisible.
Cuando cruzé la meta, mi reloj marcaba 5 horas 57 minutos 40 segundos. Lo habia logrado.
Saturday, September 6, 2008
Monday, August 25, 2008
Estar vivo
Fin de semana largo en UK. Bank Holiday como le dicen aca. Todo gira en torno al vil metal, al dinero, a la guita, como decimos en Argentina. Como decidimos no ir a ningun lado, y como estoy a solo dos semanas de mi ultimo Half Ironman, entonces decidi meterle rosca.
Viernes: 1 km de natacion. Intervalos de 100 m a fondo con 30 segundos de descanso. Luego, y seguidito y sin parar, 5 millas en el treadmill a paso de carrera.
Sabado: 2 horas de bici, en donde empece con un plan nuevo (un poco tarde para hacer cosas nuevas..no?). Se trata de variar la cadencia (RPM) cada 5 minutos. De manera que hago 5 min a 60 rpm, empujando un cambio pesado y luego subo a 100 rpm, empujando uno liviano. El primero, desarrolla fuerza, el segundo mejora la eficiencia del pedaleo.
Luego de las 2 horas de bici, y sin descanso, salte de la montura y le meti 1 hora de correr a paso de carrera de 10 km (162 latidos por minuto). La primer milla fue dolorosisima: ambos cuadriceps reventados por el esfuerzo de la bici y ambos biceps femorales al borde del calambre. Sin embargo segui.
Es alli cuando la mente propone alternativas para evitar el dolor. "Corre solo 30 minutos...ya entrenaste lo suficiente". Y es alli cuando la voluntad debe imponerse. Es entonces cuando recorde la frase que lei no se donde: "El dolor nos recuerda que estamos vivos".
Asi somos los atletas: talentosos o mediocres (este soy yo), dotados o del monton, rapidos o lentos...todos somos un poco masoquistas. El dolor nos recuerda que no estamos moviendo, que la vida continua. Como decia un amigo, luego de los cuarenta, si te levantas a la manana y no te duele nada, estate seguro que te has muerto. El dolor es un velocimetro: nos dice que tan rapido estamos viviendo la vida. Si duele mucho, pues aflojemos un poco ya que vamos muy rapido.
Domingo: 1.6 km de natacion y 1 hora de correr. Esto fue lo mas dificil de todo. Correr una hora luego de un sabado a fondo. Nuevamente, los dolores aparecieron, y el masoquista siguio. Sin embargo, cuando el reloj llego a 60, y la cinta de correr se detuvo, y las endorfinas estaban por las nubes, la vida me sonreia. Un fin de semana mas con la satisfaccion del deber cumplido.
Viernes: 1 km de natacion. Intervalos de 100 m a fondo con 30 segundos de descanso. Luego, y seguidito y sin parar, 5 millas en el treadmill a paso de carrera.
Sabado: 2 horas de bici, en donde empece con un plan nuevo (un poco tarde para hacer cosas nuevas..no?). Se trata de variar la cadencia (RPM) cada 5 minutos. De manera que hago 5 min a 60 rpm, empujando un cambio pesado y luego subo a 100 rpm, empujando uno liviano. El primero, desarrolla fuerza, el segundo mejora la eficiencia del pedaleo.
Luego de las 2 horas de bici, y sin descanso, salte de la montura y le meti 1 hora de correr a paso de carrera de 10 km (162 latidos por minuto). La primer milla fue dolorosisima: ambos cuadriceps reventados por el esfuerzo de la bici y ambos biceps femorales al borde del calambre. Sin embargo segui.
Es alli cuando la mente propone alternativas para evitar el dolor. "Corre solo 30 minutos...ya entrenaste lo suficiente". Y es alli cuando la voluntad debe imponerse. Es entonces cuando recorde la frase que lei no se donde: "El dolor nos recuerda que estamos vivos".
Asi somos los atletas: talentosos o mediocres (este soy yo), dotados o del monton, rapidos o lentos...todos somos un poco masoquistas. El dolor nos recuerda que no estamos moviendo, que la vida continua. Como decia un amigo, luego de los cuarenta, si te levantas a la manana y no te duele nada, estate seguro que te has muerto. El dolor es un velocimetro: nos dice que tan rapido estamos viviendo la vida. Si duele mucho, pues aflojemos un poco ya que vamos muy rapido.
Domingo: 1.6 km de natacion y 1 hora de correr. Esto fue lo mas dificil de todo. Correr una hora luego de un sabado a fondo. Nuevamente, los dolores aparecieron, y el masoquista siguio. Sin embargo, cuando el reloj llego a 60, y la cinta de correr se detuvo, y las endorfinas estaban por las nubes, la vida me sonreia. Un fin de semana mas con la satisfaccion del deber cumplido.
Saturday, August 16, 2008
Little Woody Half Ironman
He vuelto. Perdon por mi ausencia. MI motivacion estuvo por el piso durante mas de dos meses. Y los motivos son varios:
1. El Reino Unido no es el mejor pais para entrenar triatlon: llueve todos los malditos (por no decir putos) dias, hace frio (incluso ahora en pleno Agosto la temperatura no pasa de 18 grados). Y como si esto fuera poco, la comida es una mierda. Las piscinas estan repletas de viejas que nadan estilo pecho sin mojarse el pelo (nada contra la gente que nada lento, yo soy uno de ellos...si contra la sobrepoblacion).
2. Me falta un grupo de gente con la que pueda entrenar.
3. Una lesion fea entre la ultima lumbar y la primera sacra hace unos meses atras. Estuve como un mes con quiropractico y ejercicios de rehabilitacion. Estuve preocupado, hasta pense que tenia una hernia de disco....sin embargo no paso nada.
4. "Post Ironman syndrome": escuche esto ya varias veces acerca de gente que luego de un Ironman, deja de entrenar de la noche a la manana y se mete 15 kilos encima.
Sin embargo volvi. Y volvi a lo grande. Hoy tuve la mejor carrera de mi vida. Un medio Ironman.
Se trata de una carrera conocida como "The Little Woody".
Natacion: fue en una cantera donde, de tanto sacar piedra, se formo un lago de aguas cristalinas donde los ingleses hacen buceo.
Tiempo de finalizacion: 30 minutos. 5 minutos por debajo de mi tiempo estimado. Factores de exito: un nuevo traje de agua (Orca Sonar) y un cambio en estilo de mi brazada. En el momento de maxima extension, recupero apuntando los codos hacia arriba, usando toda la zona flexora de mi antebrazo para hacer el "pull".
Bici: la carrera empezo barbaro. Pero no conocia el perfil de la misma. Empezo barbaro debido a que iba en bajada. Y ahi vino, como un derechazo de Ali en el medio del menton: termine haciendo casi 4000 pies de climbing. Durisimo!!!! Sin embargo termine los 90 km en 3 horas y 20 min.
Media Maraton: Empiezo en la milla uno y me agarran dos calambres, uno en cada cuadriceps. No ayudo el hecho de que las 4 primeras millas fueron en subida. Luego, los organizadores hicieron lo peor que se puede hacer con una carrera: tres vueltas alrededor de la misma zona. Ida y vuelta tres veces por el mismo lugar. Cuando iba por la ultima vuelta mire mi reloj por primera vez: no lo podia creer !!!! Sin embargo segui empujando. Solo faltaban dos millas. Una subida mas, dos bajadas, y la meta, y el corazon como loco, y la emocion y los brazos en alto y la medalla alrededor del cuello y los pulmones reventando en un grito de gloria.... 1 hora 37 minutos !!!!!
Tiempo total: 5 horas 38 minutos 28 segundos.
Ahora si puedo decir finalmente, soy un triatleta. He completado todas las distancias. Super sprint, Sprint, Olympic, Half y Full Ironman. He vuelto. Y en tres semanas me mido una vez mas con otro half Ironman.
1. El Reino Unido no es el mejor pais para entrenar triatlon: llueve todos los malditos (por no decir putos) dias, hace frio (incluso ahora en pleno Agosto la temperatura no pasa de 18 grados). Y como si esto fuera poco, la comida es una mierda. Las piscinas estan repletas de viejas que nadan estilo pecho sin mojarse el pelo (nada contra la gente que nada lento, yo soy uno de ellos...si contra la sobrepoblacion).
2. Me falta un grupo de gente con la que pueda entrenar.
3. Una lesion fea entre la ultima lumbar y la primera sacra hace unos meses atras. Estuve como un mes con quiropractico y ejercicios de rehabilitacion. Estuve preocupado, hasta pense que tenia una hernia de disco....sin embargo no paso nada.
4. "Post Ironman syndrome": escuche esto ya varias veces acerca de gente que luego de un Ironman, deja de entrenar de la noche a la manana y se mete 15 kilos encima.
Sin embargo volvi. Y volvi a lo grande. Hoy tuve la mejor carrera de mi vida. Un medio Ironman.
Se trata de una carrera conocida como "The Little Woody".
Natacion: fue en una cantera donde, de tanto sacar piedra, se formo un lago de aguas cristalinas donde los ingleses hacen buceo.
Tiempo de finalizacion: 30 minutos. 5 minutos por debajo de mi tiempo estimado. Factores de exito: un nuevo traje de agua (Orca Sonar) y un cambio en estilo de mi brazada. En el momento de maxima extension, recupero apuntando los codos hacia arriba, usando toda la zona flexora de mi antebrazo para hacer el "pull".
Bici: la carrera empezo barbaro. Pero no conocia el perfil de la misma. Empezo barbaro debido a que iba en bajada. Y ahi vino, como un derechazo de Ali en el medio del menton: termine haciendo casi 4000 pies de climbing. Durisimo!!!! Sin embargo termine los 90 km en 3 horas y 20 min.
Media Maraton: Empiezo en la milla uno y me agarran dos calambres, uno en cada cuadriceps. No ayudo el hecho de que las 4 primeras millas fueron en subida. Luego, los organizadores hicieron lo peor que se puede hacer con una carrera: tres vueltas alrededor de la misma zona. Ida y vuelta tres veces por el mismo lugar. Cuando iba por la ultima vuelta mire mi reloj por primera vez: no lo podia creer !!!! Sin embargo segui empujando. Solo faltaban dos millas. Una subida mas, dos bajadas, y la meta, y el corazon como loco, y la emocion y los brazos en alto y la medalla alrededor del cuello y los pulmones reventando en un grito de gloria.... 1 hora 37 minutos !!!!!
Tiempo total: 5 horas 38 minutos 28 segundos.
Ahora si puedo decir finalmente, soy un triatleta. He completado todas las distancias. Super sprint, Sprint, Olympic, Half y Full Ironman. He vuelto. Y en tres semanas me mido una vez mas con otro half Ironman.
Sunday, February 24, 2008
Me retiro de Praga
Oficialmente, me promulgo derrotado. Solo soy un resto, un despojo de ser humano. Una dolorosisima lumbalgia me ha impedido entrenar los ulitmos siete dias y por como viene la mano no veo mejoria en por lo menos otros diez dias.
Tan bien que venia....no lo puedo creer. Mi ultima sesion de calidad habian sido 16 km (3 km de calentamiento, 5 km en 21 min - paso tempo - mas otros 5 kilometros a paso aerobico para terminar con dos intervalos de 1 km cada uno en 3:55 minutos).
Me senti veloz, con los pies ligeros como plumas, no le di mas fuerte porque no queria sobreentrenar. Luego descanse dos dias y al tercer dia hice 10km a paso aerobico (esto es en 50 minutos). Cuando termine la sesion, sabia que habia algo raro en mi espalda. Cuando me enfrie y fue al trabajo, crei que me moria. Al dia siguiente fue a la quiropractica, quien me hizo ver hasta las estrellas de las constelaciones que todavia no existen. Su diagnostico: mi tronco tiene una seria debilidad.
Fue entonces cuando decidi no correr Praga. Ahora a soportar el trago amargo de la recuperacion. Por lo pronto tengo que fortalecer los dorsales largos y los abdominales transversos. A empezar todo de nuevo.
Tan bien que venia....no lo puedo creer. Mi ultima sesion de calidad habian sido 16 km (3 km de calentamiento, 5 km en 21 min - paso tempo - mas otros 5 kilometros a paso aerobico para terminar con dos intervalos de 1 km cada uno en 3:55 minutos).
Me senti veloz, con los pies ligeros como plumas, no le di mas fuerte porque no queria sobreentrenar. Luego descanse dos dias y al tercer dia hice 10km a paso aerobico (esto es en 50 minutos). Cuando termine la sesion, sabia que habia algo raro en mi espalda. Cuando me enfrie y fue al trabajo, crei que me moria. Al dia siguiente fue a la quiropractica, quien me hizo ver hasta las estrellas de las constelaciones que todavia no existen. Su diagnostico: mi tronco tiene una seria debilidad.
Fue entonces cuando decidi no correr Praga. Ahora a soportar el trago amargo de la recuperacion. Por lo pronto tengo que fortalecer los dorsales largos y los abdominales transversos. A empezar todo de nuevo.
Saturday, February 2, 2008
FIRST running method
Para todos aquellos amantes del Maraton, aca va un metodo sumamente interestante para correr SOLO 3 veces por semana.
Es verdad aunque usted no lo crea, como decia Mr Ripley. La teoria por detras del metodo FIRST (Furman Institute of Running and Scientific Training) se basa en la calidad por sobre la cantidad. Mientras que el volumen es significativamente menor a la mayoria de los programas existentes, la intensidad de FIRST es lo que determina el exito.
El programa esta dividido en tres dias de la siguiente manera:
- Dia 1: Intervalos (3, 4, o 5 intervalos de 4 a 5 min con 3 min de descanso. El paso es 30 segundos mas rapido que el de una carrera de 5 km.
- Dia 2: Tempos - Esto significa correr a paso de carrera de 10 km durante 20 a 25 min.
- Dia 3: Tirada larga a paso de maraton: 45 seg mas rapido que paso aerobico.
Que hacemos el resto de los dias? Crease o no, CROSS TRAINING. La flaca, la piscina o lo que mas les apetezca. El metodo FIRST recomienda tanto natacion como ciclismo.
Porque escribo acerca de esto? Creo que es una prueba mas de porque los triatletas somos tan eficientes corredores. Quiero escuchar sus opiniones.
Aca va el link para la pagina de FIRST (esta en ingles).
http://www.furman.edu/first/fmtp.htm
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método.
Sunday, January 27, 2008
Kansas Ironman 70.3
Hace unas pocas semanas se anuncio la inauguracion de un Half Ironman en Lawrence, Kansas. Por primera vez desde que la fanquicia de Ironman empezara es que el estado de Kansas tiene un evento de esta categoria.
El tema me toca de cerca: vivi en Lawrence durante 3 anos. Y ahora estoy en Londres. Lo que quiero decir, y que pense que nunca lo diria, es que extrano Kansas. Pase tres anos excelentes. La cuidad es chiquita, tiene una universidad importante (University of Kansas, tambien conocida como KU) y tiene todo lo necesario para vivir y pasarla bien.
Lo que tambien digo es que me gustaria poder correr y sentir lo que siente el equipo cuando juega de local. Conozco todas las rutas, las he recorrido un millar de veces en mi bici, conozco el lago donde sucedera la natacion, lo he nadado otras tantas veces.
Quizas algun dia y como dice el tango, con la frente marchita, volvere a Kansas y correre este triatlon. Hoy solo me queda desearle suerte a mis amigos que lo correran.
Sunday, January 20, 2008
He vuelto...y ahora con un objetivo
Praga 2008
El 11 de Mayo de 2008 correre la maraton de Praga. Mi tiempo objetivo: 3 horas 40. Si lo logro, soy el tipo mas feliz del mundo. Sino tambien: estoy haciendo algo por mi mismo, para mi mismo, por el bien de mi cuerpo.
Hace ya mas de 1 mes que no escribia. La vida ahora que mi familia y yo nos mudamos a Londres no es tan facil. Los servicios britanicos son peores que los de mi querido tercer mundo. British Telecommunications tardo 15 dias en habilitarme la linea de telefonos y Sky Broadband tardo un mes en darme Internet. Y no me hagan empezar a contarles de abrir una cuenta de banco y las viscisitudes estramboticas por las que un ser humano debe pasar. La burocracia llevada a su maxima expresion.
Pero no es la intencion de este blog hablar de las ineficiencias de un sistema de 1000 anos de antiguedad.
Volvi y volvi para lograr un Personal Record. Vamos por ello.
El 11 de Mayo de 2008 correre la maraton de Praga. Mi tiempo objetivo: 3 horas 40. Si lo logro, soy el tipo mas feliz del mundo. Sino tambien: estoy haciendo algo por mi mismo, para mi mismo, por el bien de mi cuerpo.
Hace ya mas de 1 mes que no escribia. La vida ahora que mi familia y yo nos mudamos a Londres no es tan facil. Los servicios britanicos son peores que los de mi querido tercer mundo. British Telecommunications tardo 15 dias en habilitarme la linea de telefonos y Sky Broadband tardo un mes en darme Internet. Y no me hagan empezar a contarles de abrir una cuenta de banco y las viscisitudes estramboticas por las que un ser humano debe pasar. La burocracia llevada a su maxima expresion.
Pero no es la intencion de este blog hablar de las ineficiencias de un sistema de 1000 anos de antiguedad.
Volvi y volvi para lograr un Personal Record. Vamos por ello.
Sunday, December 9, 2007
8 millas en 1 hora 10
Volvieron las corridas largas. Volvieron las meditaciones en movimiento, volvieron los sudores prolongados, volvieron las piernas cansadas. Mientras corria en la cinta pensaba en el motivo de mi corrida. Todavia no me anote para la maraton. Y si me sigo demorando no voy a encontrar un lugar. Quizas necesite incentivo. Mi objetivo es correr Estocolmo en Mayo. Mi tiempo estimado deberia andar en las 3 horas 45 minutos. Eso seria como correr a 9 minutos la milla. Que es mas o menos lo que estoy haciendo ahora a paso aerobico. Quizas con cuatro meses de buen entrenamiento y trabajo de velocidad una o dos veces por semana pueda bajar a 3:30 o 3:40.
Por ahora solo aspiro al primer paso: anotarme.
Por ahora solo aspiro al primer paso: anotarme.
Friday, November 30, 2007
Yasso 800
Volvi a las pistas. Empece la semana con 2 millas y media el miercoles a un paso facil. Mi promedio de pulsaciones fue alrededor de 145.
Pero el Jueves estaba con hambre de velocidad. Mientras la cinta de correr pasaba por debajo de mis nuevas Newton, y mientras transcurria la milla 1, mi mente hizo de las suyas y me pidio velocidad.
Uno de los grandes beneficios de no tener una carrera cerca es que puedo decir que hacer y que no hacer sin temor a arruinar todo el entrenamiento. Y asi fue: me dicidi por hacer 3 Yassos.
Que son los Yasso 800?
Se trata de correr 800 metros a paso "fuerte incomodo" (casi a paso de 5km) y medir el tiempo transcurrido. Descansar dos minutos a paso aerobico y repetir los 800. Repetir la secuencia tres o cuatro veces. Finalmente se saca un promedio del tiempo transcurrido por los 800 metros.
Por ejemplo, yo corri mis primeros 800 en 3 minutos 21 segundos, los segundos 800 en 3:30 y los terceros 800 en 3:36. Mi promedio da alrededor de 3:29. Segun Yasso, mi tiempo para la maraton deberia andar en las 3 horas y 29 minutos.
Por ultimo, para hacerlo correctamente, hay que correr 10 x 800. Ya llegare. Por lo pronto, estoy pensando en anotarme para la maraton de Estocolmo.
Prueben los Yasso 800 y despues me cuentan.
Pero el Jueves estaba con hambre de velocidad. Mientras la cinta de correr pasaba por debajo de mis nuevas Newton, y mientras transcurria la milla 1, mi mente hizo de las suyas y me pidio velocidad.
Uno de los grandes beneficios de no tener una carrera cerca es que puedo decir que hacer y que no hacer sin temor a arruinar todo el entrenamiento. Y asi fue: me dicidi por hacer 3 Yassos.
Que son los Yasso 800?
Se trata de correr 800 metros a paso "fuerte incomodo" (casi a paso de 5km) y medir el tiempo transcurrido. Descansar dos minutos a paso aerobico y repetir los 800. Repetir la secuencia tres o cuatro veces. Finalmente se saca un promedio del tiempo transcurrido por los 800 metros.
Por ejemplo, yo corri mis primeros 800 en 3 minutos 21 segundos, los segundos 800 en 3:30 y los terceros 800 en 3:36. Mi promedio da alrededor de 3:29. Segun Yasso, mi tiempo para la maraton deberia andar en las 3 horas y 29 minutos.
Por ultimo, para hacerlo correctamente, hay que correr 10 x 800. Ya llegare. Por lo pronto, estoy pensando en anotarme para la maraton de Estocolmo.
Prueben los Yasso 800 y despues me cuentan.
Monday, November 19, 2007
Y ahora que sigue?
Y que viene ahora? Que sigue? Luego de haber saboreado la ambrosia y el nectar sagrado, que comida me satisfacera? Hay algo que me llene? Hay algo tan grande como un Ironman? Como entreno ahora? Cual es mi meta? Cualquier cosa que me proponga me parecera poco meritoria de la admiracion de mis amigos. Pero por sobretodo, nada conformara mis ansias, mis deseos de autosuperacion. Hasta me cuesta encontrar las palabras para describir lo que siento....
Por lo pronto, he decidido volver al entrenamiento luego de 10 dias de no hacer nada mas que comer y beber cerveza y de la buena (si hay algo bueno que tienen los britanicos es la cerveza). Corri 5 millas en 44 minutos y me parecio una tortura china. Mi pulso estaba dentro de lo normal. Pero mi cabeza, la de siempre, la del "ya no podes", me repetia: "Deberias estar descansando...tu cuerpo no esta recuperado todavia....te vas a lesionar".
Como comenzo el entrenamiento? Mi amigo Erik me propuso hacer una maraton juntos....tratar de hacer menos de 3 horas 40. Para lo cual, deberia correr 5 dias a la semana...unas 35 millas por semana.
Lo unico que siento ahora, y por favor no se rian de mi, es una seria falta de motivacion. Una maraton? Eso es un paseo por el parque. Ni bien vaya por la milla 18 ese "paseo por el parque" me metera un derechazo en el menton. Besare la lona. Y entonces volvere a ser el de siempre.
Mientras tanto, a esperar el mejor tiempo que aqui llueve sobre mojado.
Saturday, November 17, 2007
Gracias !!!!
Esta es simplemente una respuesta a todas las palabras de admiracion y apoyo que he recibido en estos ultimos dias.
No me considero diferente. Soy el mismo de siempre. Las mismas manos, los mismos ojos arrugados, las mismas piernas cansadas de siempre....solo agregue una muesca en mi revolver.
Mis amigos: gracias por sus palabras pero no me creo referente de nadie. Si lo que he escrito les ha servido de inspiracion pues entonces me siento doblemente agradecido. Pero mis palabras fueron escritas para que dentro de dos o tres meses, cuando el olvido haga estragos en mi ablandada memoria, pueda recordar los detalles de mi epopeya para convertirme en Ironman.
No me tomen a mal: sus palabras me emocionan, me enorgullecen y me llenan de felicidad.
Lo unico que les puedo decir es: no existen montanas imposibles, no existen rios incruzables, tampoco existen carreras interminables. Lo que yo logre fue a base de constancia, la constancia que reemplazo mi falta de talento y habilidad natural. Cualquiera puede hacer lo que yo hice. Cualquiera. Basta un poco de dedicacion y sacrificio. Yo sabia el 3 de Noviembre a las 7:00AM que el 95% del esfuerzo ya estaba realizado.
Esta es una invitacion, un desafio a los pocos locos que me leen: busquen su montana, su rio, su carrera y vayan por ella. Yo se que lo van a lograr. Yo confio en ustedes. Solo falta que ustedes confien en ustedes mismos.
Saturday, November 10, 2007
Como me converti en Ironman
31 de Octubre de 2007
Llegamos a Panamá City Beach luego de manejar 6 horas desde Orlando. Los que no conozcan la ubicación de Panamá City imagínense al estado de Florida como una olla….Panamá City queda en el mango, sobre el golfo de México.
Nos alojamos en el Long Beach Resort, un complejo de apartamentos preparados para el turista. No tardamos mucho en darnos cuenta de que el aire que se respiraba exudaba triatlón: gente corriendo, atletas andando en superbicicletas, el logo de Ironman por todos lados.
“Esto es peor que vos”, me dijo Maria, mi mujer, cuando comprábamos unas cositas en el supermercado.
Nos fuimos a dormir temprano ya que estábamos reventados de tanto viaje y de tres días de caminar como locos por Disney World.
1 de Noviembre de 2007
Me levanté temprano, tratando de no despertar a los niños. Desayuné fuerte ya me quería probar mi traje de agua. Estaba seguro de que no tenia que esforzarme demasiado con el entrenamiento durante estos últimos días. Era hora de realizar lo que los americanos denominan “taper”. Esto consiste en bajar significativamente el volumen de entrenamiento, manteniendo cortos periodos de alta intensidad.
Armé mi bici, aun en la caja transportadora. Me aseguré que los pedales estuvieran bien enroscados y que el descarrilados de atrás funcionara bien.
Al mediodía fuimos a la playa. El clima era absolutamente fantástico. No mas de 22 grados, con una leve brisa soplando desde el océano. Me puse el traje de agua y salí a nadar. Me sentí bien, cómodo. Mantuve un paso de carrera, conservador pero consistente. Luego de 20 minutos decidí salir del agua. Tuve la tentación de hacer otros 30 minutos pero me resistí.
En la tarde, mi familia y yo fuimos a la expo a buscar mi paquete con el número de carrera. Había una larga fila de gente, la mayor parte vestidos de triatletas. Charlé con unos cuantos; me sentí bien de saber que no era el único que hacia Ironman por primera vez.
1228 era mi número. 1228 eran las veces que había sufrido con mi rodilla derecha, 1228 estaba compuesto por el 12 y el 28, 12 eran los meses del año y 28 los días del ciclo menstrual, 8 era mi número de la suerte cuando era chico, 122 era 11 veces 11….en estas disquisiciones estaba cuando terminé con la carpa de inscripción. De alguna manera trataba de encontrar en los números la formula secreta para llegar a la meta dentro del tiempo objetivo: 13 horas.
Por la tarde decidí hacer unas pocas millas en bici. Hice lo que los pilotos llaman “una prueba de motores”. Empecé despacio, tratando de mantener una velocidad de carrera: no mas de 130 rpm. La velocidad me daba alrededor de 19 millas por hora. Luego de 6 millas apreté el acelerador para ver “como funcionaba el motor”. 26 millas por hora a 155 rpm de pulso cardíaco. Di la vuelta y volví a la expo. Compré un par de zapatillas nuevas: una Newton increíbles. Las recomiendo. Visiten www.newtonrunning.com para mas información.
2 de Noviembre de 2007
Día libre. Pensé que iba a ser una tortura mental pero me sentí muy relajado y confiado en que mi carrera iba a ser un éxito. Hacia ya dos semanas que no sentía dolor en las rodillas. Esto me ponía una situación privilegiada ya que había podido entrenar largo con dolor. Mi ecuación decía: “Entrené largo con dolor y sobreviví, carrera sin dolor… ningún problema”.
A las 7:30 PM nos citaron en una sala de conferencias donde nos explicaron detalladamente los avatares de la carrera. No dejaron detalle alguno sin cubrir. Cada uno de los directores de carrera explicó su parte: el director de la parte de natación explicó como iba a ser la largada, a que hora, hasta nos dio consejos de cómo hacer un mejor papel en la carrera. Luego vino el director de ciclismo y finalmente habló el director de la maratón.
Cerca de las 8 y media volví casa. Mi mujer me preparó un plato de pasta. Me fui a la cama a eso de las 9 y media a pelearme con el insomnio. Increíblemente, me dormí al instante.
3 de Noviembre de 2007 - Race day
El despertador sonó a eso de las 4 de la mañana. Me vestí con paciencia de oriental. Desayuné fuerte y salí tratando de no despertar a los niños. El arreglo con mi mujer fue que ella llegaba a eso de las 8 y media que era el momento que teóricamente estaba saliendo en la bici.
Preparé mi zona de transición, llené las cubiertas de la bici a 110 de presión y me puse en la fila del baño.
“En solo 10 minutos se cerrará el área de transición”, dijo una voz en el altoparlante. “Todos los atletas deben abandonar el área inmediatamente y dirigirse a la playa”. Me gustaba que me llamaran “atleta”.
Me dirigí lentamente hacia la playa, siguiendo a unos tres mil individuos como yo, preparados a enfrentar a la bestia llamada “Ironman”.
Cuando pisé la arena por primera vez, un grupo de mariposas comenzaron a revolotear por primera vez dentro de mi panza. Era como si hubieran estado dormidas, esperando, acechando el momento justo.
Estaba con frío. La mera idea de imaginarme entrar al agua de mar con 10 grados de temperatura me causaba una incomodidad severa. Empecé a mover los brazos para entrar en calor.
“Están listos para convertirse en Ironman?”, preguntó el altoparlante. La gente enloqueció. Un helicóptero rodeaba el aire, mirándonos desde lo alto. “Estas listo?”, me pregunté. “Ya hiciste el 95% del esfuerzo en estos últimos 9 meses…vos podes”.
Miré las boyas y tragué saliva. La ultima estaba casi tan lejos como el horizonte.
Me puse los tapones en los oídos, la gorra en la cabeza y el visor en los ojos y me olvidé a un mundo de silencio, donde solo existía el galope enloquecido de mi corazón, mis lágrimas cayéndome desde los ojos y el frío y la soledad: era yo contra la distancia. No había nadie para ayudarme, para empujarme, para darme una mano y hacerme la carrera mas fácil. Estaban si los recuerdos de mis hijos, mi mujer, mis amigos. Y de repente apareció mi viejo.
“Voy a hacer la carrera mas difícil de mi vida…se llama Ironman y consiste en 4 km de natación, 180 de bici y una maratón”, le conté antes de que se fuera al cielo. Nunca pude cumplir mi promesa. Miré al cielo y dije en voz alta: “Esta va por vos, Papá”.
Empieza la natación
Fue entonces cuando sonó el cañón de largada. Poco a poco, tres mil triatletas y yo nos fuimos sumergiendo hacia las profundidades de un océano Atlántico recién amanecido.
Los primeros 700 metros fueron una verdadera pesadilla. Me patearon, empujaron, codearon, apretaron, tiraron, rasguñaron y pegaron entre 350 y 400 veces. Luego de llegar a la primer boya la situación mejoró un poco y tuve mas lugar para navegar. Cada tanto, sentía una mano acariciándome la planta de los pies; cada tanto tragaba un poco de agua salada y protestaba para mis adentros.
El curso eran dos vueltas a un rectángulo de 1.9 km de distancia. Cuando salí del agua me sentí bien. Una multitud de gente nos gritaba enloquecida. Había una mesa para tomar agua dulce. Agarré un vaso y me deleité con un buche de agua sin sal.
La segunda vuelta fue mas fácil por la falta de gente. Cuando estaba en la recta final de la segunda vuelta empecé a sentir en cansancio en mis hombros. “Vos podes”, repetí una y otra vez. “Ya llegas”, me dije para mis adentros.
Salí del agua en 1 hora y 15 minutos. Excelente, 5 minutos menos que el tiempo planeado. Voy bien.
Transición 1. 9 minutos.
Corrí hasta una carpa gigantesca. Cuando iba pasando, un voluntario me preguntó mi número. “1228”, grité. Corrió, buscó entre otras dos mil bolsas y me alcanzó la mía.
Me cambié lo mas rápido que pude. Corrí hasta mi bici, monté y emprendí mi segunda y mas larga etapa.
Empieza la bici
El griterío era incesante. La gente parecía enloquecida. Yo todavía no había podido dar con mi familia. Cuando empecé a protestar porque no habían venido, los divisé. Mi mujer movía sus brazos sumergida en la sordidez del tumulto multitudinario. Mis dos hijitos, asomaban sus caritas diminutas por entre los barrotes de una valla de seguridad.
Me detuve. Casi me chocan de atrás. Desmonté y corrí para darles un beso: no había carrera lo suficientemente importante para perderme ese momento con mi familia. “Suerte”, me dijo Maria. Se me hizo un nudo en la garganta.
El plan era sencillo: mantener mis pulsaciones por debajo de 130 durante 6 horas a una velocidad promedio de 18.5 millas por hora. Nunca empujar demasiado. Debía andar como si fuera un paseo con tres mil de mis mejores amigos.
El día era maravilloso: el sol había salido, no había una sola nube en el cielo y no soplaba una gota de viento. Todo esto, combinado con una pista plana como un panqueque, hacían de esta carrera las condiciones perfectas.
Milla 10 – Me siento bien. Saludo a un par de triatletas. Paso a algunos, otros me pasan. Los hay de todas las edades.
Milla 20 – Primera parada “técnica”. Mi vejiga estaba a punto de reventar. Mientras un voluntario me sostenía la bici, yo preparé el “elixir” en mi botella (no se preocupen, una especie de Gatorade con proteína). Hice pis y partí raudo hacia las 90 millas restantes.
Milla 30 – Como mi segundo Powerbar. Me siento bien. Una levísima molestia en la rodilla izquierda me despierta de mi concentración. No le presto atención.
Milla 40 – Paro por segunda vez a hacer pis. Charlo con algún que otro triatleta. Me como un gel. Estoy haciendo todo “a reglamento”. Estoy bien. La molestia en la rodilla izquierda es perceptible ahora.
Milla 56 – Mitad de la bici y sector de “Special Needs Bag”. Una de las grandes cosas de la organización corporativa de esta carrera es el soporte que tiene. Una de las cosas que tienen los Ironman son tanto a mitad de carrera en la bici como en la maratón es la posibilidad de entregarle a los organizadores una bolsa con alimentos, ropa, etcétera, que la carrera no ofrece. Yo puse en mi bolsa un sándwich de milanesa que me hizo Maria. Mientras esperaba para hacer pis una vez mas me devoré mi merienda como si fuera caviar Beluga. Una de las cosas que pasan en esta carrera tan larga es lo asqueado que uno se vuelve de tanto comer cosas dulces. Y lo peor es que hay que comer si o si…sino no se sobrevive la maratón.
Milla 60 – El dolor en la rodilla ahora es importante. Me pongo una rodillera y continuo.
Estoy bien de aire y de piernas.
Milla 70 – El dolor aumenta. Trato de pensar en positivo, de distraerme: miro otras bicicletas, admiro el paisaje (bastante monótono por cierto), salgo de la montura y pedaleo parado en los pedales, miro mi pulso, pienso en cosas del trabajo. Pero una astilla clavada sobre mi rótula me devuelve al mundo de los mortales, de los atletas que tratan pero que sufren.
Milla 80 – El dolor se mantiene. Hago pis otra vez. Sigo a otros triatletas y pienso menos. Mi pulso ha aumentado a 136 ahora y me cuesta bajarlo. El pavimento esta todo roto y protesto. “Me quieren reventar la próstata” digo en voz alta.
Milla 90 – Mi mente deja de pensar. Soy una maquina dolorida, un cuerpo de huesos y músculos en movimiento, un ente. Estoy saturado de comida dulce, sobrehidratado, con calor y harto de que un asiento maldito me viole sin mi permiso. La gente grita desde las calles, animándome pero yo solo escucho un eco lejano y no pienso en nada. Pensar es abstraerse, es ser: yo no soy, solo estoy, voy, me muevo, ciertamente no razono. Esto es la vida del atleta: blanquear la mente y pedalear como un autómata. Lo único que me devuelve un momento de “pies en la tierra” es mi dolor insoportable en la rodilla izquierda. Luego de sentir me vuelvo a ir, a flotar en los cúmulos incoloros del pedaleo monótono y eterno.
Milla 100 – Veo, como dicen algunos, la luz al final del túnel. Me quedan solo 12 millas y ya tengo dos tercios de la carrera adentro. Pero el dolor en la rodilla ha pasado de insoportable a increíble. Y para peor el viento ha empezado a soplar. No fue hasta la milla 106 que el viento se puso de mi lado y decidió darme una mano. Faltando una milla para la llegada y veo a mi familia con carteles de animo. Veo a Martina mi hija saltar y me emociono.
Terminé la bici en 6 horas y 34 minutos. El animo y la esperanza me vuelve al cuerpo.
“Tráiganme la maratón que yo le voy a explicar quien soy”, pensé, apretando los dientes.
Me cambié rápidamente, me comí un gel, me puse protección para el sol y salí a reventar el asfalto.
La Maratón. 3 PM.
La gente gritaba enloquecida. Habría fácil unas 1000 personas a ambos costados de la salida de la maratón. Mi numero leía “1228” y debajo “JORGE”. Durante la bici el número debe ir hacia atrás, durante la maratón debe ir hacia delante. Cuando me dieron las instrucciones no lo entendí. No fue hasta entonces cuando comprendí el significado: la gente leería mi nombre y me daría ánimo.
Milla 1 – Paro a tomar agua, miro el reloj…8:15 minutos. No podía ser. Eso quería decir que si mantenía este paso podría hacer mi maratón en 3 horas 30 minutos. Muy gracioso. Muy iluso. Porque la maratón es una bestia adormecida que pega cuando menos lo esperamos. Y a mi me pegó temprano.
Milla 2 – 9 minutos 15.
Milla 3 – 9 minutos 30.
Milla 4 – 9 minutos 45.
A medida que las millas transcurrían el dolor en mi rodilla izquierda se hacia cada vez mas insoportable.
Milla 5 – 10 minutos 5. Lo mas difícil de esta maratón era que se trataba de un carrera de dos vueltas a una pista que iba y volvía sobre si misma. De manera que mientras yo corría, iba mirando a otros triatletas ya volviendo. Mi mente comenzó a jugar juegos perversos. “Esos van por la segunda vuelta y solo les queda un par de millas y a vos te faltan como 20”. Mi dolor aumentaba.
Cuando crucé la milla 6 estaba en el punto mas bajo de mi Ironman. Sabia que moriría. Estaba entregado. Miré al cielo y abrí los brazos. Pedí que me llevaran, que me sacaran de allí, de ese infierno de asfalto y rodillas destrozadas y me llevaran a un infierno de fuego, a cualquier infierno…cualquiera debería ser mas fácil y menos doloroso que este. Mis piernas no daban mas. Y todavía me faltaban 20 putas millas. Quien mierda me mandó a meterme en esto? Quien me llamó a este reto? Quien me obligó a sufrir? Nadie. Me lo estoy haciendo a mi mismo. No hay plata, no hay premios, no hay placer….solo dolor, sufrimiento, cansancio, nauseas y mas dolor. La gente se ve distante, en cámara lenta. Los gritos se escuchan distantes, como metidos dentro de un tubo.
Pero seguí corriendo. Cuando llegaban las millas caminaba. Tomaba agua, Coca-Cola o caldo de gallina. Me sentía un poco mejor. Pero luego reanudaba la carrera y el dolor volvía.
Terminé la media maratón en 2 horas y 3 minutos. No estaba mal. Todavía podía terminar la maratón en 4 horas si empujaba en forma correcta.
Milla 16 – Se hace de noche. Mi cuerpo entero está en carne viva. Mi alma me ha abandonado. Solo soy un saco de dolor, una bolsa de huesos molidos y tripas revueltas bañadas en sangre. Tengo la boca seca, los ojos ardidos y la columna a la miseria. Ya me he olvidado de la rodilla.
No es el momento de dar el remate. Quizás en la milla 20.
Pero los tiempos aumentan lentamente. 10:30 la milla parece ser lo mas lógico.
Milla 20 – Doy la vuelta para retornar y hacer las ultimas 6 reputisimas millas. Me ponen un collar fluorescente para ser visto por los pocos automovilistas que cruzan las calles bañadas en gente. Cada tanto me pasa algún corredor. Los saludo. No me contestan. No soy el único sufriendo. Ya crucé unos cuantos vomitándose hasta el páncreas.
Milla 21 – Trato de aumentar mi velocidad pero nada sucede. La pared. La bendita pared. Hago fuerza pero nada pasa. Me agarra una mano gigante con una etiqueta mas gigante en la que se lee “Impotencia”. Me aprieta. Me ahorca. Me sofoca. Quiero liberarme. Otra mano llamada “dolor” me aplasta contra el pavimento todavía caliente. No hay forma de correr mas rápido.
Milla 22 – Me falta poco. Lo voy a lograr.
Cuando cruzo la milla 23 el dolor en la rodilla me obliga a gritar y renguear. Aprieto los dientes. “Eso es todo lo que tenes para detenerme?”, grito enfurecido. La gente me mira. Va a hacer falta de algo mas poderoso que una rodilla destrozada, una espalda totalmente contracturada y un cuerpo sin respuesta para que yo abandone. Es entonces cuando veo un cartel entre otros cientos que leía: “Vamos Lole, que ya sos un Ironman”. Mi mujer y mis dos hijos me lo habían preparado y los organizadores de la carrera se habían encargado de ponerlo en un lugar estratégico de la carrera. Lloro. Me vuelve el alma al cuerpo. Yo puedo. Solo 3 millas. 3 millas? Cuantas veces corriste 3 millas para entrar en calor.
Cuando cruzo la milla 24 el dolor es tan grande que decido caminar. Donald de Chicago, un triatleta que camina como yo me da charla. Es su sexto Ironman y todavía le falta media maratón. “Vas bárbaro”, me dice. “No puedo creer que sea tu primer Ironman”. Charlamos de trabajo, de hijos, de entrenamiento y de la vida. Cuando cruzo la milla 25 me despido y me dice las palabras que todavía resuenan en mis oídos: “Bienvenido hermano Ironman....”. La garganta se me anuda.
En el fondo, lejos, a solo una milla se escucha la música y la algarabía de los miles de espectadores enfervorizados alentando a los atletas. Veo las luces. Mi corazón rebota desbocado. Solo una milla. No lo puedo creer. 9 meses entrenando. 9 meses levantándome a las 4:45 de la mañana para sufrir durante una hora y media. 9 meses traspirando gotas de esfuerzo. Y ahora solo me quedan 10 minutos para terminar este parto eterno.
Desde este punto recuerdo los hechos en forma casi fotográfica. Un espectador corre al lado mío y me abraza, felicitándome, doblo en la esquina hacia a la izquierda, me mantengo sobre la derecha, me pasa un triatleta, veo las vallas de seguridad, veo la gente enloquecida, veo el cartel de llegada. Corro. Solo corro. No. También lloro. Lloro como un chico. Lloro feliz. Lloro por mi viejo que no está…o quizás si está. Lloro por mis hijos y mi mujer, lloro por mis amigos de USA y los de Buenos Aires, lloro por mis hermanos y mi vieja. A solo diez metros de la llegada levanto los brazos y toco el cielo. Pie izquierdo, pie derecho, pie izquierdo…como desde hace cuatro horas y media. Cruzo la meta. No puedo parar de llorar. Un voluntario me abraza y me felicita. “Bienvenido al club”, me dice. Lloro mas. No puedo parar. Ya estoy a punto de convertirme en marica de tanto llorar. “Busca a mi mujer…es esa de blanco atrás de las vallas”, le dijo al voluntario señalándola a Maria. La hacen pasar. Nos abrazamos y lloramos un poco mas. Martina me mira. Benjamín, el mas chiquito, corre y me abraza también. Me ponen la medalla alrededor del cuello y me invitan a sacarme la foto. Abrazo a mi familia. Los flashes explotan. Yo sigo en el cielo. Yo sigo abrazado a mi viejo. Gracias por ayudarme. Gracias por empujarme. Gracias por todos los años que me diste. Te moriste por un problema de corazón. Yo ahora, aquí, sufrido y dolorido, te dedico esta carrera. Para que a mi no me pase lo del corazón. Para que a mis hijos no les pase.
Y mientras escribo estas palabras no dejo de pensar en todos los que me ayudaron y dieron aliento. Y no puedo sino dar gracias y mas gracias. Lo logré. 12 horas y 36 minutos. Soy un Ironman.
Llegamos a Panamá City Beach luego de manejar 6 horas desde Orlando. Los que no conozcan la ubicación de Panamá City imagínense al estado de Florida como una olla….Panamá City queda en el mango, sobre el golfo de México.
Nos alojamos en el Long Beach Resort, un complejo de apartamentos preparados para el turista. No tardamos mucho en darnos cuenta de que el aire que se respiraba exudaba triatlón: gente corriendo, atletas andando en superbicicletas, el logo de Ironman por todos lados.
“Esto es peor que vos”, me dijo Maria, mi mujer, cuando comprábamos unas cositas en el supermercado.
Nos fuimos a dormir temprano ya que estábamos reventados de tanto viaje y de tres días de caminar como locos por Disney World.
1 de Noviembre de 2007
Me levanté temprano, tratando de no despertar a los niños. Desayuné fuerte ya me quería probar mi traje de agua. Estaba seguro de que no tenia que esforzarme demasiado con el entrenamiento durante estos últimos días. Era hora de realizar lo que los americanos denominan “taper”. Esto consiste en bajar significativamente el volumen de entrenamiento, manteniendo cortos periodos de alta intensidad.
Armé mi bici, aun en la caja transportadora. Me aseguré que los pedales estuvieran bien enroscados y que el descarrilados de atrás funcionara bien.
Al mediodía fuimos a la playa. El clima era absolutamente fantástico. No mas de 22 grados, con una leve brisa soplando desde el océano. Me puse el traje de agua y salí a nadar. Me sentí bien, cómodo. Mantuve un paso de carrera, conservador pero consistente. Luego de 20 minutos decidí salir del agua. Tuve la tentación de hacer otros 30 minutos pero me resistí.
En la tarde, mi familia y yo fuimos a la expo a buscar mi paquete con el número de carrera. Había una larga fila de gente, la mayor parte vestidos de triatletas. Charlé con unos cuantos; me sentí bien de saber que no era el único que hacia Ironman por primera vez.
1228 era mi número. 1228 eran las veces que había sufrido con mi rodilla derecha, 1228 estaba compuesto por el 12 y el 28, 12 eran los meses del año y 28 los días del ciclo menstrual, 8 era mi número de la suerte cuando era chico, 122 era 11 veces 11….en estas disquisiciones estaba cuando terminé con la carpa de inscripción. De alguna manera trataba de encontrar en los números la formula secreta para llegar a la meta dentro del tiempo objetivo: 13 horas.
Por la tarde decidí hacer unas pocas millas en bici. Hice lo que los pilotos llaman “una prueba de motores”. Empecé despacio, tratando de mantener una velocidad de carrera: no mas de 130 rpm. La velocidad me daba alrededor de 19 millas por hora. Luego de 6 millas apreté el acelerador para ver “como funcionaba el motor”. 26 millas por hora a 155 rpm de pulso cardíaco. Di la vuelta y volví a la expo. Compré un par de zapatillas nuevas: una Newton increíbles. Las recomiendo. Visiten www.newtonrunning.com para mas información.
2 de Noviembre de 2007
Día libre. Pensé que iba a ser una tortura mental pero me sentí muy relajado y confiado en que mi carrera iba a ser un éxito. Hacia ya dos semanas que no sentía dolor en las rodillas. Esto me ponía una situación privilegiada ya que había podido entrenar largo con dolor. Mi ecuación decía: “Entrené largo con dolor y sobreviví, carrera sin dolor… ningún problema”.
A las 7:30 PM nos citaron en una sala de conferencias donde nos explicaron detalladamente los avatares de la carrera. No dejaron detalle alguno sin cubrir. Cada uno de los directores de carrera explicó su parte: el director de la parte de natación explicó como iba a ser la largada, a que hora, hasta nos dio consejos de cómo hacer un mejor papel en la carrera. Luego vino el director de ciclismo y finalmente habló el director de la maratón.
Cerca de las 8 y media volví casa. Mi mujer me preparó un plato de pasta. Me fui a la cama a eso de las 9 y media a pelearme con el insomnio. Increíblemente, me dormí al instante.
3 de Noviembre de 2007 - Race day
El despertador sonó a eso de las 4 de la mañana. Me vestí con paciencia de oriental. Desayuné fuerte y salí tratando de no despertar a los niños. El arreglo con mi mujer fue que ella llegaba a eso de las 8 y media que era el momento que teóricamente estaba saliendo en la bici.
Preparé mi zona de transición, llené las cubiertas de la bici a 110 de presión y me puse en la fila del baño.
“En solo 10 minutos se cerrará el área de transición”, dijo una voz en el altoparlante. “Todos los atletas deben abandonar el área inmediatamente y dirigirse a la playa”. Me gustaba que me llamaran “atleta”.
Me dirigí lentamente hacia la playa, siguiendo a unos tres mil individuos como yo, preparados a enfrentar a la bestia llamada “Ironman”.
Cuando pisé la arena por primera vez, un grupo de mariposas comenzaron a revolotear por primera vez dentro de mi panza. Era como si hubieran estado dormidas, esperando, acechando el momento justo.
Estaba con frío. La mera idea de imaginarme entrar al agua de mar con 10 grados de temperatura me causaba una incomodidad severa. Empecé a mover los brazos para entrar en calor.
“Están listos para convertirse en Ironman?”, preguntó el altoparlante. La gente enloqueció. Un helicóptero rodeaba el aire, mirándonos desde lo alto. “Estas listo?”, me pregunté. “Ya hiciste el 95% del esfuerzo en estos últimos 9 meses…vos podes”.
Miré las boyas y tragué saliva. La ultima estaba casi tan lejos como el horizonte.
Me puse los tapones en los oídos, la gorra en la cabeza y el visor en los ojos y me olvidé a un mundo de silencio, donde solo existía el galope enloquecido de mi corazón, mis lágrimas cayéndome desde los ojos y el frío y la soledad: era yo contra la distancia. No había nadie para ayudarme, para empujarme, para darme una mano y hacerme la carrera mas fácil. Estaban si los recuerdos de mis hijos, mi mujer, mis amigos. Y de repente apareció mi viejo.
“Voy a hacer la carrera mas difícil de mi vida…se llama Ironman y consiste en 4 km de natación, 180 de bici y una maratón”, le conté antes de que se fuera al cielo. Nunca pude cumplir mi promesa. Miré al cielo y dije en voz alta: “Esta va por vos, Papá”.
Empieza la natación
Fue entonces cuando sonó el cañón de largada. Poco a poco, tres mil triatletas y yo nos fuimos sumergiendo hacia las profundidades de un océano Atlántico recién amanecido.
Los primeros 700 metros fueron una verdadera pesadilla. Me patearon, empujaron, codearon, apretaron, tiraron, rasguñaron y pegaron entre 350 y 400 veces. Luego de llegar a la primer boya la situación mejoró un poco y tuve mas lugar para navegar. Cada tanto, sentía una mano acariciándome la planta de los pies; cada tanto tragaba un poco de agua salada y protestaba para mis adentros.
El curso eran dos vueltas a un rectángulo de 1.9 km de distancia. Cuando salí del agua me sentí bien. Una multitud de gente nos gritaba enloquecida. Había una mesa para tomar agua dulce. Agarré un vaso y me deleité con un buche de agua sin sal.
La segunda vuelta fue mas fácil por la falta de gente. Cuando estaba en la recta final de la segunda vuelta empecé a sentir en cansancio en mis hombros. “Vos podes”, repetí una y otra vez. “Ya llegas”, me dije para mis adentros.
Salí del agua en 1 hora y 15 minutos. Excelente, 5 minutos menos que el tiempo planeado. Voy bien.
Transición 1. 9 minutos.
Corrí hasta una carpa gigantesca. Cuando iba pasando, un voluntario me preguntó mi número. “1228”, grité. Corrió, buscó entre otras dos mil bolsas y me alcanzó la mía.
Me cambié lo mas rápido que pude. Corrí hasta mi bici, monté y emprendí mi segunda y mas larga etapa.
Empieza la bici
El griterío era incesante. La gente parecía enloquecida. Yo todavía no había podido dar con mi familia. Cuando empecé a protestar porque no habían venido, los divisé. Mi mujer movía sus brazos sumergida en la sordidez del tumulto multitudinario. Mis dos hijitos, asomaban sus caritas diminutas por entre los barrotes de una valla de seguridad.
Me detuve. Casi me chocan de atrás. Desmonté y corrí para darles un beso: no había carrera lo suficientemente importante para perderme ese momento con mi familia. “Suerte”, me dijo Maria. Se me hizo un nudo en la garganta.
El plan era sencillo: mantener mis pulsaciones por debajo de 130 durante 6 horas a una velocidad promedio de 18.5 millas por hora. Nunca empujar demasiado. Debía andar como si fuera un paseo con tres mil de mis mejores amigos.
El día era maravilloso: el sol había salido, no había una sola nube en el cielo y no soplaba una gota de viento. Todo esto, combinado con una pista plana como un panqueque, hacían de esta carrera las condiciones perfectas.
Milla 10 – Me siento bien. Saludo a un par de triatletas. Paso a algunos, otros me pasan. Los hay de todas las edades.
Milla 20 – Primera parada “técnica”. Mi vejiga estaba a punto de reventar. Mientras un voluntario me sostenía la bici, yo preparé el “elixir” en mi botella (no se preocupen, una especie de Gatorade con proteína). Hice pis y partí raudo hacia las 90 millas restantes.
Milla 30 – Como mi segundo Powerbar. Me siento bien. Una levísima molestia en la rodilla izquierda me despierta de mi concentración. No le presto atención.
Milla 40 – Paro por segunda vez a hacer pis. Charlo con algún que otro triatleta. Me como un gel. Estoy haciendo todo “a reglamento”. Estoy bien. La molestia en la rodilla izquierda es perceptible ahora.
Milla 56 – Mitad de la bici y sector de “Special Needs Bag”. Una de las grandes cosas de la organización corporativa de esta carrera es el soporte que tiene. Una de las cosas que tienen los Ironman son tanto a mitad de carrera en la bici como en la maratón es la posibilidad de entregarle a los organizadores una bolsa con alimentos, ropa, etcétera, que la carrera no ofrece. Yo puse en mi bolsa un sándwich de milanesa que me hizo Maria. Mientras esperaba para hacer pis una vez mas me devoré mi merienda como si fuera caviar Beluga. Una de las cosas que pasan en esta carrera tan larga es lo asqueado que uno se vuelve de tanto comer cosas dulces. Y lo peor es que hay que comer si o si…sino no se sobrevive la maratón.
Milla 60 – El dolor en la rodilla ahora es importante. Me pongo una rodillera y continuo.
Estoy bien de aire y de piernas.
Milla 70 – El dolor aumenta. Trato de pensar en positivo, de distraerme: miro otras bicicletas, admiro el paisaje (bastante monótono por cierto), salgo de la montura y pedaleo parado en los pedales, miro mi pulso, pienso en cosas del trabajo. Pero una astilla clavada sobre mi rótula me devuelve al mundo de los mortales, de los atletas que tratan pero que sufren.
Milla 80 – El dolor se mantiene. Hago pis otra vez. Sigo a otros triatletas y pienso menos. Mi pulso ha aumentado a 136 ahora y me cuesta bajarlo. El pavimento esta todo roto y protesto. “Me quieren reventar la próstata” digo en voz alta.
Milla 90 – Mi mente deja de pensar. Soy una maquina dolorida, un cuerpo de huesos y músculos en movimiento, un ente. Estoy saturado de comida dulce, sobrehidratado, con calor y harto de que un asiento maldito me viole sin mi permiso. La gente grita desde las calles, animándome pero yo solo escucho un eco lejano y no pienso en nada. Pensar es abstraerse, es ser: yo no soy, solo estoy, voy, me muevo, ciertamente no razono. Esto es la vida del atleta: blanquear la mente y pedalear como un autómata. Lo único que me devuelve un momento de “pies en la tierra” es mi dolor insoportable en la rodilla izquierda. Luego de sentir me vuelvo a ir, a flotar en los cúmulos incoloros del pedaleo monótono y eterno.
Milla 100 – Veo, como dicen algunos, la luz al final del túnel. Me quedan solo 12 millas y ya tengo dos tercios de la carrera adentro. Pero el dolor en la rodilla ha pasado de insoportable a increíble. Y para peor el viento ha empezado a soplar. No fue hasta la milla 106 que el viento se puso de mi lado y decidió darme una mano. Faltando una milla para la llegada y veo a mi familia con carteles de animo. Veo a Martina mi hija saltar y me emociono.
Terminé la bici en 6 horas y 34 minutos. El animo y la esperanza me vuelve al cuerpo.
“Tráiganme la maratón que yo le voy a explicar quien soy”, pensé, apretando los dientes.
Me cambié rápidamente, me comí un gel, me puse protección para el sol y salí a reventar el asfalto.
La Maratón. 3 PM.
La gente gritaba enloquecida. Habría fácil unas 1000 personas a ambos costados de la salida de la maratón. Mi numero leía “1228” y debajo “JORGE”. Durante la bici el número debe ir hacia atrás, durante la maratón debe ir hacia delante. Cuando me dieron las instrucciones no lo entendí. No fue hasta entonces cuando comprendí el significado: la gente leería mi nombre y me daría ánimo.
Milla 1 – Paro a tomar agua, miro el reloj…8:15 minutos. No podía ser. Eso quería decir que si mantenía este paso podría hacer mi maratón en 3 horas 30 minutos. Muy gracioso. Muy iluso. Porque la maratón es una bestia adormecida que pega cuando menos lo esperamos. Y a mi me pegó temprano.
Milla 2 – 9 minutos 15.
Milla 3 – 9 minutos 30.
Milla 4 – 9 minutos 45.
A medida que las millas transcurrían el dolor en mi rodilla izquierda se hacia cada vez mas insoportable.
Milla 5 – 10 minutos 5. Lo mas difícil de esta maratón era que se trataba de un carrera de dos vueltas a una pista que iba y volvía sobre si misma. De manera que mientras yo corría, iba mirando a otros triatletas ya volviendo. Mi mente comenzó a jugar juegos perversos. “Esos van por la segunda vuelta y solo les queda un par de millas y a vos te faltan como 20”. Mi dolor aumentaba.
Cuando crucé la milla 6 estaba en el punto mas bajo de mi Ironman. Sabia que moriría. Estaba entregado. Miré al cielo y abrí los brazos. Pedí que me llevaran, que me sacaran de allí, de ese infierno de asfalto y rodillas destrozadas y me llevaran a un infierno de fuego, a cualquier infierno…cualquiera debería ser mas fácil y menos doloroso que este. Mis piernas no daban mas. Y todavía me faltaban 20 putas millas. Quien mierda me mandó a meterme en esto? Quien me llamó a este reto? Quien me obligó a sufrir? Nadie. Me lo estoy haciendo a mi mismo. No hay plata, no hay premios, no hay placer….solo dolor, sufrimiento, cansancio, nauseas y mas dolor. La gente se ve distante, en cámara lenta. Los gritos se escuchan distantes, como metidos dentro de un tubo.
Pero seguí corriendo. Cuando llegaban las millas caminaba. Tomaba agua, Coca-Cola o caldo de gallina. Me sentía un poco mejor. Pero luego reanudaba la carrera y el dolor volvía.
Terminé la media maratón en 2 horas y 3 minutos. No estaba mal. Todavía podía terminar la maratón en 4 horas si empujaba en forma correcta.
Milla 16 – Se hace de noche. Mi cuerpo entero está en carne viva. Mi alma me ha abandonado. Solo soy un saco de dolor, una bolsa de huesos molidos y tripas revueltas bañadas en sangre. Tengo la boca seca, los ojos ardidos y la columna a la miseria. Ya me he olvidado de la rodilla.
No es el momento de dar el remate. Quizás en la milla 20.
Pero los tiempos aumentan lentamente. 10:30 la milla parece ser lo mas lógico.
Milla 20 – Doy la vuelta para retornar y hacer las ultimas 6 reputisimas millas. Me ponen un collar fluorescente para ser visto por los pocos automovilistas que cruzan las calles bañadas en gente. Cada tanto me pasa algún corredor. Los saludo. No me contestan. No soy el único sufriendo. Ya crucé unos cuantos vomitándose hasta el páncreas.
Milla 21 – Trato de aumentar mi velocidad pero nada sucede. La pared. La bendita pared. Hago fuerza pero nada pasa. Me agarra una mano gigante con una etiqueta mas gigante en la que se lee “Impotencia”. Me aprieta. Me ahorca. Me sofoca. Quiero liberarme. Otra mano llamada “dolor” me aplasta contra el pavimento todavía caliente. No hay forma de correr mas rápido.
Milla 22 – Me falta poco. Lo voy a lograr.
Cuando cruzo la milla 23 el dolor en la rodilla me obliga a gritar y renguear. Aprieto los dientes. “Eso es todo lo que tenes para detenerme?”, grito enfurecido. La gente me mira. Va a hacer falta de algo mas poderoso que una rodilla destrozada, una espalda totalmente contracturada y un cuerpo sin respuesta para que yo abandone. Es entonces cuando veo un cartel entre otros cientos que leía: “Vamos Lole, que ya sos un Ironman”. Mi mujer y mis dos hijos me lo habían preparado y los organizadores de la carrera se habían encargado de ponerlo en un lugar estratégico de la carrera. Lloro. Me vuelve el alma al cuerpo. Yo puedo. Solo 3 millas. 3 millas? Cuantas veces corriste 3 millas para entrar en calor.
Cuando cruzo la milla 24 el dolor es tan grande que decido caminar. Donald de Chicago, un triatleta que camina como yo me da charla. Es su sexto Ironman y todavía le falta media maratón. “Vas bárbaro”, me dice. “No puedo creer que sea tu primer Ironman”. Charlamos de trabajo, de hijos, de entrenamiento y de la vida. Cuando cruzo la milla 25 me despido y me dice las palabras que todavía resuenan en mis oídos: “Bienvenido hermano Ironman....”. La garganta se me anuda.
En el fondo, lejos, a solo una milla se escucha la música y la algarabía de los miles de espectadores enfervorizados alentando a los atletas. Veo las luces. Mi corazón rebota desbocado. Solo una milla. No lo puedo creer. 9 meses entrenando. 9 meses levantándome a las 4:45 de la mañana para sufrir durante una hora y media. 9 meses traspirando gotas de esfuerzo. Y ahora solo me quedan 10 minutos para terminar este parto eterno.
Desde este punto recuerdo los hechos en forma casi fotográfica. Un espectador corre al lado mío y me abraza, felicitándome, doblo en la esquina hacia a la izquierda, me mantengo sobre la derecha, me pasa un triatleta, veo las vallas de seguridad, veo la gente enloquecida, veo el cartel de llegada. Corro. Solo corro. No. También lloro. Lloro como un chico. Lloro feliz. Lloro por mi viejo que no está…o quizás si está. Lloro por mis hijos y mi mujer, lloro por mis amigos de USA y los de Buenos Aires, lloro por mis hermanos y mi vieja. A solo diez metros de la llegada levanto los brazos y toco el cielo. Pie izquierdo, pie derecho, pie izquierdo…como desde hace cuatro horas y media. Cruzo la meta. No puedo parar de llorar. Un voluntario me abraza y me felicita. “Bienvenido al club”, me dice. Lloro mas. No puedo parar. Ya estoy a punto de convertirme en marica de tanto llorar. “Busca a mi mujer…es esa de blanco atrás de las vallas”, le dijo al voluntario señalándola a Maria. La hacen pasar. Nos abrazamos y lloramos un poco mas. Martina me mira. Benjamín, el mas chiquito, corre y me abraza también. Me ponen la medalla alrededor del cuello y me invitan a sacarme la foto. Abrazo a mi familia. Los flashes explotan. Yo sigo en el cielo. Yo sigo abrazado a mi viejo. Gracias por ayudarme. Gracias por empujarme. Gracias por todos los años que me diste. Te moriste por un problema de corazón. Yo ahora, aquí, sufrido y dolorido, te dedico esta carrera. Para que a mi no me pase lo del corazón. Para que a mis hijos no les pase.
Y mientras escribo estas palabras no dejo de pensar en todos los que me ayudaron y dieron aliento. Y no puedo sino dar gracias y mas gracias. Lo logré. 12 horas y 36 minutos. Soy un Ironman.
Wednesday, November 7, 2007
Lo logre....soy un Ironman
Pronto veran mas. 12 horas 36 minutos.
Por ahora solo les cuento que me mude a Inglaterra y por eso estuve un poco dejado en la escritura. El fin de semana relatare mi carrera con mas detalle.
Por ahora solo les cuento que me mude a Inglaterra y por eso estuve un poco dejado en la escritura. El fin de semana relatare mi carrera con mas detalle.
Sunday, September 23, 2007
Sindrome de plica medial
El dolor en la rodilla luego de 20 km fue terrible. Esto sucedio el Domingo 16. Me tocaba una corrida larga de 25 km. Empece temprano. Me sentia fuerte, con ganas. Pero luego de 15 km un leve dolor empezo a molestarme en la rodilla derecha. Mi paso era bueno...venia corriendo los 15 en una hora y 35. Por lo cual me dije: "no me aflojes ahora".
Pero el dolor fue creciendo sin piedad. Yo, como buen testarudo, segui. Y dije: "eso es todo lo que tenes para darme". Entonces redoble el paso. Decidi, sobre la marcha, hacer Yasso 800.
Yasso 800 es un predictor del tiempo de maraton. Consiste en hacer 800 metros a un paso de umbral anaerobico y medir el tiempo. Luego se extrapola ese valor numerico a tiempo de maraton. Ejemplo: si un corre 4x 800 metros (con 800 de jogging liviano entre cada uno) a 3 minutos 45 segundos, significa que puede correr la maraton en 3 horas 45 minutos. Mi promedio de 800 metros 3 minutos 32 segundos.
Cuando termine no me quedaba nada en el tanque. Y la rodilla en llamas.
Descanse durante la semana y le puse bastante hielo. El viernes fui al medico y me diagnostico "Sindrome de plica medial". La plica es un tejido que une la rotula con el trocanter del femur. Aca les pongo una ilustracion para que vean a donde me duele. Sin embargo me dijo que siga entrenando y que tome bastante ibuprofeno. Segun su criterio medico, no corro riesgo.
Por lo que el Sabado tuve una carrera de bici. Se trata de la MS 150, una carrera de 150 millas para recaudar fondos para ala lucha contra la esclerosis multiple. La carrera esta dividida en 2 etapas, yo solo hice las 100 millas del sabado ya que el domingo me toca correr. Como corri en equipo fui un poco mas rapido que mi promedio: termine en 5 horas y 15 minutos (unos 31 km por hora).
Estoy cansado pero contento. Y de la plica....de la plica que se preocupe otro, no yo.
Pero el dolor fue creciendo sin piedad. Yo, como buen testarudo, segui. Y dije: "eso es todo lo que tenes para darme". Entonces redoble el paso. Decidi, sobre la marcha, hacer Yasso 800.
Yasso 800 es un predictor del tiempo de maraton. Consiste en hacer 800 metros a un paso de umbral anaerobico y medir el tiempo. Luego se extrapola ese valor numerico a tiempo de maraton. Ejemplo: si un corre 4x 800 metros (con 800 de jogging liviano entre cada uno) a 3 minutos 45 segundos, significa que puede correr la maraton en 3 horas 45 minutos. Mi promedio de 800 metros 3 minutos 32 segundos.
Cuando termine no me quedaba nada en el tanque. Y la rodilla en llamas.
Descanse durante la semana y le puse bastante hielo. El viernes fui al medico y me diagnostico "Sindrome de plica medial". La plica es un tejido que une la rotula con el trocanter del femur. Aca les pongo una ilustracion para que vean a donde me duele. Sin embargo me dijo que siga entrenando y que tome bastante ibuprofeno. Segun su criterio medico, no corro riesgo.
Por lo que el Sabado tuve una carrera de bici. Se trata de la MS 150, una carrera de 150 millas para recaudar fondos para ala lucha contra la esclerosis multiple. La carrera esta dividida en 2 etapas, yo solo hice las 100 millas del sabado ya que el domingo me toca correr. Como corri en equipo fui un poco mas rapido que mi promedio: termine en 5 horas y 15 minutos (unos 31 km por hora).
Estoy cansado pero contento. Y de la plica....de la plica que se preocupe otro, no yo.
Sunday, September 9, 2007
Soy un ciclista
He vuelto. Con la capa caida y las piernas cansadas, paso las horas recordando los increibles dias que vivi en el este de Francia, donde mi cuerpo recorrio mas de 500 km en bicicleta, trepando algunas de las montanas mas famosas del Tour de Francia.
Dia 1 - De Gap a Briancon
Distancia recorrida - 113 km
Subida prinicpal - Col d'Izoard - 2360 m de elevacion
Un bautismo de fuego, a todo trapo. La temperatura no ayudo ya que en momentos tuvimos casi mas de 30 grados. Tuve que parar para recuperar las piernas varias veces. Lo mas dificil fue que no sabia cuanto faltaba para llegar a la cima. La rodilla izquierda me molesto durante gran parte del "climb".
Pase por delante del monumento a dos ciclistas famosos: Coppi y Bobet en la famosa "Casse Desert".
La elevacion llego hasta casi 10% en algunas partes de la subida. La verdad: no me lo esperaba...fue como una trompada en ayunas.
Dia 2 - De Briancon a L'Alpe d'Huez
Distancia recorrida - 81 km
Subidas - Col du Lautaret - 2058 m y L'Alp d'Huez - 1860 m
El dia empezo con una subida mas facil pero constante. Bordeamos un lago de aguas cristalinas, serpenteamos por un camino abobedado por coniferas y flores de colores inverosimiles hasta que llegamos al tope de nuestra primer montana. Disfrutamos de un delicioso expresso y partimos en descenso hacia la base de Alp d'Huez.
Quizas lo mejor del viaje fueron los descensos. Anduve a velocidades descomunales. Mi bici marco durante algunos estrechos de mas de 3 km velocidades de 70 km por hora.
Marco Pantani tiene el record en L'Alp d'Huez con 37 minutos. Para nosotros los mortales el tiempo a batir era el de Sheryl Crow, la novia de Lance Armstrong con 1 hora 30 minutos.
Luego de 21 "switchbacks" o zigzags, luego de 21 curvas, donde sufri y transpire hasta mi alma, con una temperatura maxima de 40 grados, conquiste la cima en 1 hora y 26 minutos.
Un gran logro!!!
Dia 3 - De L'Alpe d'Huez a St Jean de Maurienne
Distancia recorrida - 102 km
Subidas - Col de Sarrene - 1999 m - Col du Lautaret - 2058 m - Col de Galibier - 2646 m - Col du Telegraphe - 1566 m
El dia mas dificil del Tour. Cuatro subidas. La puta madre !!!! El culo me ha quedado sin raya. Las piernas hechas flecos. La espalda destruida.
Empezamos en Sarrene, con un paisaje bastante lunar, sin vegetacion. Serpenteamos por carreteras sin nombre y con asfalto olvidado por la mano de Dios hasta La Grave. Bicicleteamos con un lago de aguas turquesas a nuestra derecha hasta llegar al tope del Lautaret. Luego de este: el temido y renombrado Col de Galibier...la montana mas alta del tour de Francia.
Luego de casi una hora y media de pedealar contra el viento y sufrir con el duro calor hice cima en Galibier. Fue emocionante.
Le dedique esta subida a mi viejo. "Te siento cerca viejo, cerca de cielo...ayudame a terminar", dije mientras hacia los ultimos 1000 metros, con una inclinacion salvaje de mas del 13%.
Cuando inicie el descenso habia comenzado a llover. Estaba congelado. Tuve que detenerme porque me senti mareado. Uno de mis companeros me dio un gel y me mejore.
Col du Telegraphe fue nada comparado con el monstruo Galibier. Llegamos a la cima y pregunte cuanto faltaba para llegar. Mis amigos rieron. "Esta es la cima" dijeron.
Dia 4 - Col du Glandon
Distancia recorrida - 70 km
Subida - Col du Glandon
Fue sin duda, en lo personal, el dia mas duro. Las inclemencias climaticas jugaron en contra desde el principio, con una lluvia timida y fria que opaco la subida a esta magnifica montana.
Como siempre sucede cuando se juntan un grupo de amigos, la testosterona empieza a rebalsar y la competencia arrasa. Luego de 5 km de ascenso, hice mi primer ataque y me corte solo, separandome del resto por un par de minutos. Fue alli cuando comenzo a llover fuerte. Sin embargo no iba a dejar que una lluviecita me detuviera. Continue apretando el acelerador, esperando ver la camioneta de soporte en cualquier momento. Sin embargo, mi falta de experiencia me iba a jugar una mala pasada.
Cuando crei que me faltaba solo un 1 km para la cima vi el letrero de la decepcion: Col du Glandon 10 km. Me queria morir. No tenia mas agua ni comida, estaba muerto de frio y completamente ensopado. Sin embargo segui.
Fue en ese momento cuando el Glandon se me vino encima con toda su fuerza. El 8% de inclinacion se hizo 10, luego 12 y luego 14. El viento empezo a soplar duro. Y el dolor en las rodillas (si, ahora me dolian las dos) era insoportable.
Llegue a la cima temblando de frio. Y para mi sorpresa la camioneta de apoyo no estaba.
Decidi volver al hotel. El descenso fue durisimo. No solamente habia perdido la sensibilidad de las manos y de los pies debido al frio sino que temblaba como una hoja. Hasta la mandibula me temblaba.
Un bano de agua caliente y un buen cafe remediaron el trago amargo del Glandon.
Ahora lo recuerdo como la prueba de caracter mas dificil de mi corta carrera como triatlonista - ciclista.
Dia 5 - St Jean de Maurienne a La Clusaz
Distancia recorrida - 122 km
Ascenso - Col des Saisies - 1650 m
El clima nos volvio a jugar en contra. Sin embargo esta vez iba preparado como un gringo para la guerra. Solo me faltaba chaleco antibalas. Fue sin dudas un dia muy largo y duro. El cansancio acumulado, el frio y el acoso mental de mi propio inconsciente hicieron de este dia uno dificil de olvidar.
Cuando nos faltaban 20 km para llegar una lluvia torrencial nos tapo las orejas. Bret, mi companero de trabajo, me pidio que nos detuvieramos. "No me siento seguro descendiendo con esta lluvia". Y tenia razon. Yo me posesiono y me olvido de los peligros pero andar a 30 km por hora con nula visibilidad y autos que nos zumbaban a 60 km por hora hacian de ese descenso una sentencia de muerte.
Buscamos cobijo en un edificio de dos pisos a la base de un centro de esqui y esperamos a la camioneta de apoyo. Luego de 30 minutos de espera, temblando de frio una vez mas, llego nuestra salvacion.
Dia 6 - La Clusaz a Morzine
Distancia recorrida - 91 km
Ascensos - Col de la Colombiere - 1613 m - Col de Joux Plane - 1712 m
Era mi ultimo dia. Y queria ganar un col. Fue entonces que decidi tomarmelo con calma la primera mitad del camino, sentarme en la rueda de mis companeros y dar la estocada final en el col de Joux Plane, el mas dificil ascenso del Tour de Francia. Este es el col donde Floyd Landis hizo su "milagro" y recupero la camiseta amarilla en el 2006.
El col comienza con una cuesta de mas del 10% en los 3 primeros km. Me mantuve cerca de los que pedaleaban adelante. En una curva y bromeando digo: "Y ahi va...Contador en uno de sus ataques". Y nadie me siguio. Asi que aprete el pedal del acelerador y comenze a alejarme del grupo.
El 10% de inclinacion se hizo 12 y luego 14, llegando en algunas partes hasta los temidos 16%. Iba tan despacio que parecia que la bici se iba a caer. El corazon se me salia por la boca. Y las piernas las sentia en llamas.
Lo mas increible que aprendi en este mini Tour fue que cuando uno dice: "estoy cansado", todavia nos queda 90% del tanque lleno.
Mire para atras y no vi a nadie. Segui empujando. El dolor fisico ya no importaba. Era todo mental. Y yo sabia que podia. Lo habia hecho durante 5 dias. Lo iba a poder hacer una vez mas. En una curva vi una familia de franceses haciendo pic-nic.
"Cuanto falta", pregunte en mi frances rudimentario. "Solo 5 km" dijeron.
Fue alli cuando vi la luz. Solo 5 km y mi tour terminaba. Solo 5 km e iba a poder gritar a viva voz: "soy un ciclista", solo 5 km y el dolor se iba a acabar.
Cerre los ojos e imagine a mis dos hijos y a mi mujer: "Dale Papa, vos podes, confiamos en vos" me decian, con sus vocecitas diminutas. Me posei. Sali de mi asiento y empeze a pedalear como un loco. Murmuraba algarabias ininteligibles. Mis dientes estaban apretados. Tenia sed, sed de exito, sed de llegar.
Faltando solo un kilometro me doy vuelta y lo veo a Stefano. No podia ser. Me iba a ganar? Como habia hecho para cerrar ese deficit tan grande?
"NO me vas a ganar" dije, apretando los dientes con furia. Fueron los 1000 m mas dificiles de mi vida. El pulso estaba por los 180. Las piernas eran dos pistones al rojo vivo, a punto de explotar. Respiraba como un bufalo.
Cuando llegue a la cima estaba llorando. Llore por mi viejo. Llore por mis hijos, lejos de mi. Llore por la bronca acumulada contra la montana y la gravedad y los pedales y la lluvia y el calor y el pavimento. Revente como un durazno maduro.
Ahora me siento distinto. Me he encontrado. Descubri cosas de mi que no sabia. Y en mi busqueda llegue profundo, a lugares del alma que me eran competamente inhospitos. Hoy, luego de 5 dias de haber terminado mi periplo puedo decir a viva voz y lleno de orgullo: "soy un ciclista".
Dia 1 - De Gap a Briancon
Distancia recorrida - 113 km
Subida prinicpal - Col d'Izoard - 2360 m de elevacion
Un bautismo de fuego, a todo trapo. La temperatura no ayudo ya que en momentos tuvimos casi mas de 30 grados. Tuve que parar para recuperar las piernas varias veces. Lo mas dificil fue que no sabia cuanto faltaba para llegar a la cima. La rodilla izquierda me molesto durante gran parte del "climb".
Pase por delante del monumento a dos ciclistas famosos: Coppi y Bobet en la famosa "Casse Desert".
La elevacion llego hasta casi 10% en algunas partes de la subida. La verdad: no me lo esperaba...fue como una trompada en ayunas.
Dia 2 - De Briancon a L'Alpe d'Huez
Distancia recorrida - 81 km
Subidas - Col du Lautaret - 2058 m y L'Alp d'Huez - 1860 m
El dia empezo con una subida mas facil pero constante. Bordeamos un lago de aguas cristalinas, serpenteamos por un camino abobedado por coniferas y flores de colores inverosimiles hasta que llegamos al tope de nuestra primer montana. Disfrutamos de un delicioso expresso y partimos en descenso hacia la base de Alp d'Huez.
Quizas lo mejor del viaje fueron los descensos. Anduve a velocidades descomunales. Mi bici marco durante algunos estrechos de mas de 3 km velocidades de 70 km por hora.
Marco Pantani tiene el record en L'Alp d'Huez con 37 minutos. Para nosotros los mortales el tiempo a batir era el de Sheryl Crow, la novia de Lance Armstrong con 1 hora 30 minutos.
Luego de 21 "switchbacks" o zigzags, luego de 21 curvas, donde sufri y transpire hasta mi alma, con una temperatura maxima de 40 grados, conquiste la cima en 1 hora y 26 minutos.
Un gran logro!!!
Dia 3 - De L'Alpe d'Huez a St Jean de Maurienne
Distancia recorrida - 102 km
Subidas - Col de Sarrene - 1999 m - Col du Lautaret - 2058 m - Col de Galibier - 2646 m - Col du Telegraphe - 1566 m
El dia mas dificil del Tour. Cuatro subidas. La puta madre !!!! El culo me ha quedado sin raya. Las piernas hechas flecos. La espalda destruida.
Empezamos en Sarrene, con un paisaje bastante lunar, sin vegetacion. Serpenteamos por carreteras sin nombre y con asfalto olvidado por la mano de Dios hasta La Grave. Bicicleteamos con un lago de aguas turquesas a nuestra derecha hasta llegar al tope del Lautaret. Luego de este: el temido y renombrado Col de Galibier...la montana mas alta del tour de Francia.
Luego de casi una hora y media de pedealar contra el viento y sufrir con el duro calor hice cima en Galibier. Fue emocionante.
Le dedique esta subida a mi viejo. "Te siento cerca viejo, cerca de cielo...ayudame a terminar", dije mientras hacia los ultimos 1000 metros, con una inclinacion salvaje de mas del 13%.
Cuando inicie el descenso habia comenzado a llover. Estaba congelado. Tuve que detenerme porque me senti mareado. Uno de mis companeros me dio un gel y me mejore.
Col du Telegraphe fue nada comparado con el monstruo Galibier. Llegamos a la cima y pregunte cuanto faltaba para llegar. Mis amigos rieron. "Esta es la cima" dijeron.
Dia 4 - Col du Glandon
Distancia recorrida - 70 km
Subida - Col du Glandon
Fue sin duda, en lo personal, el dia mas duro. Las inclemencias climaticas jugaron en contra desde el principio, con una lluvia timida y fria que opaco la subida a esta magnifica montana.
Como siempre sucede cuando se juntan un grupo de amigos, la testosterona empieza a rebalsar y la competencia arrasa. Luego de 5 km de ascenso, hice mi primer ataque y me corte solo, separandome del resto por un par de minutos. Fue alli cuando comenzo a llover fuerte. Sin embargo no iba a dejar que una lluviecita me detuviera. Continue apretando el acelerador, esperando ver la camioneta de soporte en cualquier momento. Sin embargo, mi falta de experiencia me iba a jugar una mala pasada.
Cuando crei que me faltaba solo un 1 km para la cima vi el letrero de la decepcion: Col du Glandon 10 km. Me queria morir. No tenia mas agua ni comida, estaba muerto de frio y completamente ensopado. Sin embargo segui.
Fue en ese momento cuando el Glandon se me vino encima con toda su fuerza. El 8% de inclinacion se hizo 10, luego 12 y luego 14. El viento empezo a soplar duro. Y el dolor en las rodillas (si, ahora me dolian las dos) era insoportable.
Llegue a la cima temblando de frio. Y para mi sorpresa la camioneta de apoyo no estaba.
Decidi volver al hotel. El descenso fue durisimo. No solamente habia perdido la sensibilidad de las manos y de los pies debido al frio sino que temblaba como una hoja. Hasta la mandibula me temblaba.
Un bano de agua caliente y un buen cafe remediaron el trago amargo del Glandon.
Ahora lo recuerdo como la prueba de caracter mas dificil de mi corta carrera como triatlonista - ciclista.
Dia 5 - St Jean de Maurienne a La Clusaz
Distancia recorrida - 122 km
Ascenso - Col des Saisies - 1650 m
El clima nos volvio a jugar en contra. Sin embargo esta vez iba preparado como un gringo para la guerra. Solo me faltaba chaleco antibalas. Fue sin dudas un dia muy largo y duro. El cansancio acumulado, el frio y el acoso mental de mi propio inconsciente hicieron de este dia uno dificil de olvidar.
Cuando nos faltaban 20 km para llegar una lluvia torrencial nos tapo las orejas. Bret, mi companero de trabajo, me pidio que nos detuvieramos. "No me siento seguro descendiendo con esta lluvia". Y tenia razon. Yo me posesiono y me olvido de los peligros pero andar a 30 km por hora con nula visibilidad y autos que nos zumbaban a 60 km por hora hacian de ese descenso una sentencia de muerte.
Buscamos cobijo en un edificio de dos pisos a la base de un centro de esqui y esperamos a la camioneta de apoyo. Luego de 30 minutos de espera, temblando de frio una vez mas, llego nuestra salvacion.
Dia 6 - La Clusaz a Morzine
Distancia recorrida - 91 km
Ascensos - Col de la Colombiere - 1613 m - Col de Joux Plane - 1712 m
Era mi ultimo dia. Y queria ganar un col. Fue entonces que decidi tomarmelo con calma la primera mitad del camino, sentarme en la rueda de mis companeros y dar la estocada final en el col de Joux Plane, el mas dificil ascenso del Tour de Francia. Este es el col donde Floyd Landis hizo su "milagro" y recupero la camiseta amarilla en el 2006.
El col comienza con una cuesta de mas del 10% en los 3 primeros km. Me mantuve cerca de los que pedaleaban adelante. En una curva y bromeando digo: "Y ahi va...Contador en uno de sus ataques". Y nadie me siguio. Asi que aprete el pedal del acelerador y comenze a alejarme del grupo.
El 10% de inclinacion se hizo 12 y luego 14, llegando en algunas partes hasta los temidos 16%. Iba tan despacio que parecia que la bici se iba a caer. El corazon se me salia por la boca. Y las piernas las sentia en llamas.
Lo mas increible que aprendi en este mini Tour fue que cuando uno dice: "estoy cansado", todavia nos queda 90% del tanque lleno.
Mire para atras y no vi a nadie. Segui empujando. El dolor fisico ya no importaba. Era todo mental. Y yo sabia que podia. Lo habia hecho durante 5 dias. Lo iba a poder hacer una vez mas. En una curva vi una familia de franceses haciendo pic-nic.
"Cuanto falta", pregunte en mi frances rudimentario. "Solo 5 km" dijeron.
Fue alli cuando vi la luz. Solo 5 km y mi tour terminaba. Solo 5 km e iba a poder gritar a viva voz: "soy un ciclista", solo 5 km y el dolor se iba a acabar.
Cerre los ojos e imagine a mis dos hijos y a mi mujer: "Dale Papa, vos podes, confiamos en vos" me decian, con sus vocecitas diminutas. Me posei. Sali de mi asiento y empeze a pedalear como un loco. Murmuraba algarabias ininteligibles. Mis dientes estaban apretados. Tenia sed, sed de exito, sed de llegar.
Faltando solo un kilometro me doy vuelta y lo veo a Stefano. No podia ser. Me iba a ganar? Como habia hecho para cerrar ese deficit tan grande?
"NO me vas a ganar" dije, apretando los dientes con furia. Fueron los 1000 m mas dificiles de mi vida. El pulso estaba por los 180. Las piernas eran dos pistones al rojo vivo, a punto de explotar. Respiraba como un bufalo.
Cuando llegue a la cima estaba llorando. Llore por mi viejo. Llore por mis hijos, lejos de mi. Llore por la bronca acumulada contra la montana y la gravedad y los pedales y la lluvia y el calor y el pavimento. Revente como un durazno maduro.
Ahora me siento distinto. Me he encontrado. Descubri cosas de mi que no sabia. Y en mi busqueda llegue profundo, a lugares del alma que me eran competamente inhospitos. Hoy, luego de 5 dias de haber terminado mi periplo puedo decir a viva voz y lleno de orgullo: "soy un ciclista".
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