Saturday, September 6, 2008

La Carrera del Infierno

Habiendo corrido solo 3 km empeze a sentir un nido de viboras haciendose un festin adentro de mi panza. No pude seguir. Camine. Trate de llorar pero no pude. Fue alli cuando trate de recordar el motivo que me llevaba a hacer triatlones.

El despertador sonó cerca de las 4 y media de la manana. Con los nervios habituales de una carrera, y con solo 5 horas de sueño, repase una vez mas mi rutina. Desplegue la ropa por la habitacion del hotel, conte mis sachets de gel, hice los calculos necesarios de nutricion. Luego, y con paciencia de monje budista, me vesti despacio mientras comia. Me meti un brebaje de banana y frutillas que compré en el super. 600 kcal, decia la etiqueta. Luego, un par de croissants, tres o cuatro galletitas, agua y listo para salir.

Manejé despacio. La lluvia habia cubierto el pavimento con una fina pelicula de jabon que la hacian bastante peligrosa. "Pais de mierda, esta Inglaterra", dije. A los 30 minutos llegué a Rutland Waters, donde en un poco menos de una hora correria la ulitma carrera del año.

Y alli comenzaron los contratiempos: me pongo a inflar la rueda delantera y "puf!" pinchadura. "Al mal tiempo buena cara", dije. La cambié. Lo cual acortó significativamente mi tiempo de preparacion en la transicion. Me puse el traje de agua. Fui de cuerpo, como Dios manda y esperé la largada.

6 y 50 de la mañana comenzó la natacion. No me apuré, Queria conservar energias para la bici, ultimamente mi punto debil. 1900 metros, dos vueltas a un circuito de 850 m. Terminé en 37 minutos. "No está mal" pensé.

Agarré mi bici luego de cambiarme (prepararme para el frio...apenas 12 putos grados) y emprendi la segunda parte de mi carrera. A los pocos metros, un pelotudo se me cruza. Doblo para evitar chocarlo, pierdo el control y me voy de costado al pavimento mojado. No pasó nada. Miro haber si me sale sangre. Estoy bien. Hago 50 metros y la rueda de adelante hace ruido...puf!. Pinchadura otra vez? No lo puedo creer. Pero no, falsa alarma. La toco y la noto un poco desinflada. Agarro uno de los cartuchos de nitrogeno y la lleno a tope.

Empieza el pedaleo. 8 km de carrera. Ahora si, goma pinchada. "Carajo", grito. Me bajo, la cambio en 8 minutos y sigo. El resto de la bici transcurrió sin contratiempos. Sopló un poco de viento lo que hizo que tuviera que poner mas fuerza en los pedales.

Sin embargo, habia un pequeño detalle que no habia contemplado. La nutricion. Mi ultima carrera sufri de calambres en ambos cuadriceps. Lei por ahi que los calambres tienen que ver con la deshidratacion. Con lo cual dije: "Esta vez no me va a pasar". 2 litros de Sports Drink seran suficientes. Mas 3 barras energeticas. Mas unos 8 geles. Total 2000 calorias. Un ser humano puede consumir hasta 400 por hora. No soy muy bueno en matematicas, pero algo me dice que hice mal la cuenta. 800 calorias de mas. 800 calorias de carbohidratos que fermentarian al fuego lento de mis visceras, transformando mi cavidad abdominal en una bomba de tiempo. Terminé los 90 km en 3 horas justo. No esta nada mal, teniendo en cuenta que estuve parado reparando mi pinchadura durante 10 minutos.

Fue alli cuando comenzó mi calvario. Las tripas revueltas, los intestinos hechos pedazos, los musculos reblandecidos y el dolor, el mas puro y agudo de los dolores. Miré mi Garmin: 9 minutos la milla. A este paso termino la media en 1 hora 50. Tengo que apurar, pensé. Apreté el acelerador. Sin embargo, la mente es una cosa y el cuerpo es otra. Las tripas dijeron "estas loco, corre vos solo".

En 15 minutos de carrera, tuve que caminar. Encontré uno de esos baños portatiles y, sin prestarle demasiada atencion al olor nauseabundo y fetido de los miles de triatletas que habian posado sus nalgas en el inodoro, me senté y evacué casi medio litro de dolor. Estuve encerrado en esa carcel de dolor por mas de 10 minutos. Cuando el dolor pasó, volvi a la carrera. Pero la historia se volvió a repetir. A los 45 minutos de carrera, el dolor volvió y mis ganas de ir al baño se hicieron mas fuertes que antes.

Pensé que me cagaba encima. Traté de correr mas rapido para llegar antes al baño pero no pude. El dolor era intenso, agudo, fuerte y constante. Justo cuando estaba a punto de rendirme al dolor y a la verguenza, llegue al baño. En un abrecerrar de ojos me desvesti y me sente a sufrir una vez mas. "Se acabó", dije. Me vuelvo a casa. DNF (Did not finish) y listo. Esto es una pesadilla. Sin embargo, algo adentro mio se negó. "Tengo que terminar, una misera diarrea no me va a detener ahora...sos un Ironman...pasaste por momentos peores en la cima de L'Alp D'Huez o del Col de Glandon".

Decidi seguir.

La maraton eran dos vueltas de 10.5 km. Vuelta numero uno en 1 hora y 5 minutos. Vuelta numero dos, y todavia con las tripas hechas un nudo, con el dolor punzante en mi costado izquierdo, como si alguien me hubiera clavado una daga, continué con mi carrera.

No recuerdo mucho la segunda vuelta. El dolor desapareció de a poco, las piernas me volvieron desde el cielo y la voz interior comenzó a gritarme palabras de apoyo: "Vos podes, esto no es nada, una media maraton de mierda no puede con vos". Me senti mareado, me senti cansado, me senti debil, me senti volar. Corri como un niño, jadeando, con la lengua afuera. Saludé, agradecí a un voluntario que levantaba vasos de plastico, corri un poco mas.

Cuando escuché la musica, sabia que iba a terminar en menos de 6 horas (mi objetivo inicial). Apreté el paso, pasé a varios sufridos como yo, me senti morir. Fue entonces cuando, luego de una curva llena de barro, vi la llegada. Corri fuerte. Corri una vez mas, corri a los brazos de mi amada invisible.

Cuando cruzé la meta, mi reloj marcaba 5 horas 57 minutos 40 segundos. Lo habia logrado.